12 enero 2010

La mujer da vida al medio rural

La mayor parte de las empresas se hallan en pueblos pequeños
El programa Artemur tiene el apoyo de Agricultura y del Plan Avanza
Los sectores más desarrollados son la agroalimentación, la cerámica o la joyería
Un portal de Internet sirve de plataforma para vender los productos
Sin embargo, frente a esas dos opciones, hay un colectivo importante que ha optado por quedarse en sus zonas de origen y desarrollar en ellas su capacidad empresarial. Aunque destacan actividades ligadas a la industria agroalimentaria artesanal -utilizando los productos de la zona y en muchos casos los obtenidos en las propias explotaciones-, se han sumado al carro iniciativas en otros sectores como el textil, la cerámica, el cuero, la joyería, los bordados, la cosmética o la madera.
Impulsar la permanencia de las mujeres de cualquier edad en el medio rural con el desarrollo de una actividad rentable constituye una de las iniciativas puesta en marcha por la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), integrada en la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). En el seno de la organización se ha constituido la plataforma Artemur, que sirve de nexo de unión y de base para la prestación de servicios a este colectivo.
Desde la organización se trata de cumplir tres objetivos. Primero, prestar apoyo a las pequeñas empresarias rurales que ya se hallaban instaladas en el medio y que estaban actuando por libre. Segundo, animar a otras mujeres a quedarse en el campo con una actividad propia, ayudándoles a crear empresas o a establecerse como autónomas, en lugar de buscarse la vida fuera del medio rural. Tercero, y lo más importante, organizar la comercialización de sus productos vía Internet evitando su aislamiento.
El programa desarrollado por Artemur cuenta con el apoyo del Ministerio de Industria a través del Plan Avanza mediante la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para la comercialización y distribución de los productos artesanos y de empresas del mundo rural. Artemur cuenta con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
Para la presidenta de Fademur, Teresa López, la oferta constituye un escaparate de productos artesanales que se pueden elaborar en el medio rural y, sobre todo, de las inmensas posibilidades para crecer en esta dirección con criterios de calidad y de rentabilidad para las mujeres y sus familias. Los mensajes están claros: es posible vivir en el campo ejerciendo una actividad rentable como la transformación de sus productos o mediante nuevas iniciativas, y la principal razón para el abandono del medio rural radica en la falta de servicios a sus habitantes.
En este proyecto de hallan implicadas actualmente medio centenar de mujeres empresarias en el segmento de la producción artesanal en una docena de comunidades autónomas. El objetivo de la iniciativa es llegar a un colectivo de más de 300 pequeñas empresarias.
La actividad de este colectivo se centra en localidades con menos de 5.000 habitantes y, en una buena parte, en pequeños pueblos. Las inversiones acometidas para desarrollar esas nuevas actividades son, en la mayor parte de los casos, muy pequeñas, utilizando o mejorando las infraestructuras de sus propias instalaciones. Desde la organización se cuida que todas cumplan con las exigencias en materia de fiscalidad, así como en las condiciones higiénico-sanitarias en las empresas agroalimentarias.
La actividad de las empresarias integradas en Artemur se concreta en la elaboración de más de 500 productos, todos ellos artesanales. Las mujeres mantienen sus propios centros de trabajo y también acuden a ferias para vender sus productos. La mayor aportación del programa es la unificación de toda esa oferta en Internet, lo que posibilita vender a todo el mundo desde cualquier pequeña población.
El perfil de este nuevo colectivo de empresarias es muy variado. No hay una edad ni profesión dominante. Hay jóvenes que nunca salieron del medio rural y que han decidido quedarse en el pueblo con actividades innovadoras. Hay universitarias que volvieron también para trabajar en una oferta de nuevos productos. Hay, finalmente, mujeres mayores que han decidido comercializar lo que antaño elaboraban para consumo en los hogares. En este colectivo también se hallan las llamadas neorrurales, mujeres que han dejado la ciudad para instalarse en el campo buscando calidad de vida. (Art. completo pulsar aquí)

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