06 julio 2008

PÚBLICO 01.07.2008

Buqueras: "Nuestros horarios son machistas"
La presencia mayoritaria de hombres en CEOE y sindicatos dificulta la conciliación


V. FERNÁNDEZ DE BOBADILLA - El escorial (Madrid) - 01/07/2008 22:28
Para el presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios, Ignacio Buqueras y Bach, el tiempo no es oro, es mucho más; de hecho, no tiene reparos en declarar que, hoy, "es un elemento más valioso que el agua. El agua se puede reciclar; los minutos, no".
Si el español medio no da valor al tiempo, la sociedad tampoco ayuda; y son las españolas las que se llevan la peor parte, por unos horarios que Buqueras califica de "machistas", fruto de otra época donde los hombres trabajaban fuera de casa y las mujeres en el hogar. Aunque ahora están los dos en el mundo laboral, se continúa con los mismos horarios: ambos llegan a casa a las ocho o las nueve de la noche".
Es necesario un replanteamiento, dice el presidente de la Comisión para Racionalizar los Horarios, en beneficio de la armonía familiar y de una infancia cada vez más desatendida: "se tiende a alargar los horarios de los hijos con actividades extraescolares para tenerlos entretenidos hasta la noche. Esto no pasa en los demás países europeos".Aunque hay empresas españolas que ya están ofreciendo horarios flexibles, Buqueras apunta lo difícil que es acordarlos, porque tanto los sindicatos como la CEOE están mayoritariamente formados por hombres. España "es una singularidad europea en los usos del tiempo", y no para bien: el español trabaja 243 horas más que la media europea, pero el país está en los últimos puestos en cuanto a productividad. Un fenómeno que Buqueras atribuye a una cultura del presentismo: "La gente confunde trabajar con estar en el lugar de trabajo once horas. Lo importante son los resultados, más que las horas".
Respecto a la nueva directiva europea sobre horarios que propone aumentar a 60 horas semanales, Buqueras confiesa sentir "preocupación, aunque es una directiva que conviene estudiar a fondo". "Tendremos que leer las motivaciones que han dado", dice a Público. Cree improbable que se busque simplemente un aumento desproporcionado de la semana laboral; si no, "los gobiernos que la han apoyado se encontrarían que en las próximas elecciones nadie les votaría".

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