10 noviembre 2009

España obligará a Europa a contabilizar la violencia machista

La mayoría de los países no considera estas agresiones un hecho diferenciadoTras años de poner el grito en el cielo por el elevado número de mujeres que cada año mueren asesinadas por sus parejas o ex parejas y de instar a las autoridades de cada país a que pongan remedio al maltrato que sufren decenas de miles de féminas, las autoridades europeas siguen sin conocer realmente cuántas mujeres son víctimas de violencia de género. Yno se sabe sencillamente porque no existe un registro europeo. En la mayoría de los países ni tan siquiera consideran este tipo de agresiones como un fenómeno diferenciado, sino que lo incluye dentro del mucho más difuso ámbito de la violencia doméstica; es decir, se considera lo mismo que un hombre mate a su padre que el hecho de que una mujer muera asesinada por su marido.El Gobierno español, consciente de esta situación, quiere aprovechar la presidencia de la UE, en el primer semestre del 2010, para crear un Observatorio Europeo de Violencia de Género, con estadísticas pormenorizada sobre las mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas y de las características de ambos, así como del número de denuncias. El objetivo es analizar este tipo de violencia y, así, poder poner en marcha los instrumentos precisos para combatirla.En cierta manera, España lo que vaa hacer es exportar su modelo. Y es que en este momento, ejerce el liderazgo en protección de las mujeres víctimas de la violencia machista desde que entró en vigor la ley de Violencia de Género en el año 2005. A modo de ejemplo, en España se sabe con certeza que durante este año han muerto 49 mujeres en estas circunstancias y que se presentan unas 400 denuncias diarias. Estos datos permiten conocer la dimensión real del problema.Otro de los objetivos que se ha propuesto España durante el tiempo que ostente la presidencia de la UE es conseguir una orden de protección europea para víctimas de la violencia machista. La coordinación judicial del fenómeno está orientada a que el cambio de residencia de laUEno implique que las víctimas que ya tienen el amparo de la justicia deban someterse a un nuevo proceso o realizar una nueva petición para mantener alejado a su agresor y, en su caso, la vigilancia sobre las mujeres con un nivel de riesgo más elevado.Ambos planteamientos son muy ambiciosos, pues implican importantes transformaciones en el funcionamiento de la seguridad y la justicia de la mayoría de los 27 países miembros. En el primero, porque obligaría a transformar la conformación de la estadística policial en todos los estados; en el segundo, porque precisaría de la existencia de una interconexión entre las redes judiciales de los diferentes países. Un cuestión mucho más compleja todavía.
Fuente: La Vanguardia. LUIS IZQUIERDO CELESTE LÓPEZ - Madrid

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