No son enfermos ni personas caprichosas o frívolas, sino un colectivo «pequeño y vulnerable» que debe tener los mismos derechos que el resto. El Ararteko, Íñigo Lamarca, puso ayer bajo el foco público la situación de los transexuales en Euskadi, una realidad «muy desconocida», estigmatizada e identificada por lo general con estereotipos «negativos» relacionados con el mundo del espectáculo o la marginación. El informe extraordinario de la oficina del Defensor del Pueblo vasco emite 27 recomendaciones para avanzar en el reconocimiento pleno de los derechos de las personas transexuales por parte de las administraciones públicas. Lamarca señaló, en este punto, que existen dos áreas donde la actuación es prioritaria: la educación y el ámbito laboral.
El informe del Ararteko trata de dilucidar, en primer lugar, cuál es el universo cuantitativo de los llamados transexuales y transgéneros, concepto éste que utiliza el propio colectivo para determinar a aquellas personas en que la incidencia de la disforia de género es menor -se identifican con los dos sexos, «y a veces con ninguno de ellos»- y que usualmente no requieren tratamientos quirúrgicos de reasignación de sexo.
El informe del Ararteko trata de dilucidar, en primer lugar, cuál es el universo cuantitativo de los llamados transexuales y transgéneros, concepto éste que utiliza el propio colectivo para determinar a aquellas personas en que la incidencia de la disforia de género es menor -se identifican con los dos sexos, «y a veces con ninguno de ellos»- y que usualmente no requieren tratamientos quirúrgicos de reasignación de sexo.
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