No lleva burka pero no puede mostrar su rostro. Tampoco puede dar a conocer su verdadero nombre y se hace llamar Mehmuda Hakim. Todo por motivos de seguridad. Es lo que conlleva trabajar en la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA), una organización independiente y feminista que lucha por la paz, la libertad, los Derechos Humanos, los derechos de las mujeres y la justicia social en ese país. Esta joven afgana, de 27 años, entró en contacto con RAWA en un campo de refugiados en Pakistán, donde vivió seis años. De regreso a Afganistán siguió su trabajo como militante. Hace unos días visitó Zaragoza para dar a conocer la realidad de su país. (H. de Aragón art. completo pulsar aquí)
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