Unas veinte mujeres del módulo 13 del Centro Penitenciario de Zuera (el único que hay de mujeres) han recibido esta mañana sus diplomas tras haber intervenido en un programa social patrocinado por la Diputación de Zaragoza. Se trata de la tercera edición del Proyecto Atenea que se desarrolla en el Centro Penitenciario de Zuera, y en el que se han integrado hasta el final casi 30 mujeres.
Las internas, que han participado durante tres meses en el programa repartidas en dos grupos, han asegurado unánimemente que ha sido uno de los talleres que más beneficios les ha reportado, tanto personalmente como en sus relaciones en el grupo, e incluso en todo el módulo donde hay 130 internas. Los aspectos que más han aplaudido del método son aquellos relativos a la autoestima, en concreto, “decir que sí cuando quiero decir sí”. La carga implícita de este enunciado pone de manifiesto la fragilidad que ha caracterizado las relaciones personales de estas mujeres, pero ha sido un revulsivo para revisar comportamientos e inyectar ánimos y nuevos elementos de autoestima.
Además de este tipo de aspectos, el proyecto ha discurrido entre charlas sobre hábitos saludables de alimentación, aseo, comportamiento personal y social y otras muchas actividades. Todo ello se ha visto reflejado en la mejora de las relaciones y el mejor conocimiento entre el grupo, así como el reflejo que ha tenido en la convivencia del módulo, y así ponían como ejemplo, la reordenación que ha sufrido la cola en el comedor, “lo que antes no podía llamarse así”, relataba una interna. De alguna manera, les ha convertido en animadoras de prácticas saludables en su propio módulo, donde existe una gran diversidad de culturas y costumbres.
La diputada delegada de Igualdad, Julia Olivas, ha tomado nota personalmente de todas las apreciaciones que cada mujer ha querido aportar para tratar de mejorar en el futuro el desarrollo de este programa, con el que se ha comprometido a proseguir por entender su utilidad y constatar el alto grado de satisfacción, tanto de las alumnos como de las monitoras.
Las internas, que han participado durante tres meses en el programa repartidas en dos grupos, han asegurado unánimemente que ha sido uno de los talleres que más beneficios les ha reportado, tanto personalmente como en sus relaciones en el grupo, e incluso en todo el módulo donde hay 130 internas. Los aspectos que más han aplaudido del método son aquellos relativos a la autoestima, en concreto, “decir que sí cuando quiero decir sí”. La carga implícita de este enunciado pone de manifiesto la fragilidad que ha caracterizado las relaciones personales de estas mujeres, pero ha sido un revulsivo para revisar comportamientos e inyectar ánimos y nuevos elementos de autoestima.
Además de este tipo de aspectos, el proyecto ha discurrido entre charlas sobre hábitos saludables de alimentación, aseo, comportamiento personal y social y otras muchas actividades. Todo ello se ha visto reflejado en la mejora de las relaciones y el mejor conocimiento entre el grupo, así como el reflejo que ha tenido en la convivencia del módulo, y así ponían como ejemplo, la reordenación que ha sufrido la cola en el comedor, “lo que antes no podía llamarse así”, relataba una interna. De alguna manera, les ha convertido en animadoras de prácticas saludables en su propio módulo, donde existe una gran diversidad de culturas y costumbres.
La diputada delegada de Igualdad, Julia Olivas, ha tomado nota personalmente de todas las apreciaciones que cada mujer ha querido aportar para tratar de mejorar en el futuro el desarrollo de este programa, con el que se ha comprometido a proseguir por entender su utilidad y constatar el alto grado de satisfacción, tanto de las alumnos como de las monitoras.
Plan de Igualdad 09.10.09
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